domingo, 1 de enero de 2012

2012: Glamour Eterno Con Un Toque De Nostalgia

Ni uvas, ni anillo de oro en una copa de cava, ni ropa interior roja (dios me libre...), ni el pie derecho adelantado... nada de nada, todo esto me puede faltar, pero lo que no me debe faltar al empezar el año es mi calendario de la revista Fotogramas. Soy fiel a él desde el año 2002, así que este año ya van 10! Así que feliz año con las imágenes que me van a acompañar estos meses.

"El cine recrea constantemente situaciones que hemos vivido o que nos gustaría vivir. Así, establece una conexión con una parte de nosotros que perdura ahí para siempre. Y sin que podamos impedirlo, después de verlas, somos nosotros quienes podemos recrearlas en nuestra cotidianeidad. Cuántas veces estando en el salón de casa escuchando música nos hemos puesto a bailar a lo Fred Astaire pensando que nadie nos ve. O cuántas veces, contemplando inocentemente el paisaje urbano desde nuestra ventana indiscreta, nos hemos convertido en James Stewart mirando todos y cada uno de los movimientos de nuestro vecino, ese imaginario psicópata. Y gracias al cine, todas las veces que nos organicen una cita con un desconocido, pensaremos si será una cita fustrada pero divertida como la de Cary Grant y Deborah Kerr en lo alto del Empire State Building. Por eso, podemos decir que el cine y nuestras casa han estado siempre íntimamente relacionados... Diálogos cargados de sensualidad en el sofá emulando a Rita Hayworth y Glenn Ford en Gilda. O hilarantes mientras una rubia, un saxofonista y contrabajista transformistas intentan formar una banda musical. Y muchos momentos más que vivimos en casa y podrían llenar fotogramas y fotogramas de miles de películas."

Marilyn Monroe en Nueva York, año 1956
Una estrella guapa, rubia platino y sin un pelo de tonta...

Siempre luchó contra la imagen de rubia tonta que algunas de sus películas alimentaban. Nada más lejos de la realidad. La foto, datada en Nueva York en 1956 (el año en que se estrenó uno de sus mejores papeles, el de Bus Stop, y en el que se casó con el dramaturgo Arthur Miller) muestra una Marilyn llena de inquietudes intelectuales, bellísima y serena.

James Stewart y Grace Kelly, con William Holden, en el rodaje de La Ventana Indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954)
¡Me llevo a la chica!

La concentrada carrera de Grace Kelly antes de convertise en princesa porvocó situaciones, quien sabe si simuladas o captadas por un hábil testigo, como esta: empalmar La Ventana Indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954) y Los Puentes De Toko-Ri (Mark Robson, 1954) provocaba las disputas de sus parteneires, James Stewart y un William Holden con quien Kelly viviría un intenso romance.

Katharine Hepburn y Cary Grant en Historias De Filadelfia (George Cukor, 1940)
El glamour de la alta comedia

Sátira social disfrazada de alta y sofisticada comedia. Historias De Filadelfia era un gran éxito en Broadway y había devuelto el estatus de star a una Katharine Hepburn a la que se consideraba veneno para la taquilla. En 1940 George Cukor lo llevó al cine. El resultado. un juguete cómico de engranje perfecto con un trio protagonista espectacular: Hepburn, Grant y James Stewart.

Ginger Rogers y Fred Astaire en Amanda (Mark Sandrich, 1938)
Elegantes, sofisticados y ligeros

Bailando The Carioca en Volando Hacia Río De Janeiro (Thornton Freeland, 1933) la comedia musical encontró un filón en sus perfectos y plásticos movimientos. Rodaron ocho films más juntos hasta 1939, como Amanda (Mark Sandrich, 1938), se hartaron el uno del otro, y diez años después hicieron las paces en Vuelve A Mí (Charles Walters, 1949). Verles bailar sigue siendo mágico.

Cary Grant y Deborah Kerr en Tú Y Yo (Leo McCarey, 1957)
Un (tragicómico) amor para recordar

Una cita frustrada en lo alto del Empire State Building convirtió a Tú Y Yo (Leo McCarey, 1957) en una de esas historias de amor más grandes que la vida. Su director, Leo McCarey, se remakeaba a sí mismo (la anterior y, en España, homónima versión de la trama se había estrenado en 1939) para construir un emptivo relato romántico para el que contó con la clase de Cary Grant y Deborah Kerr.

Lauren Bacall y Humphrey Bogart en su casa, a mediados de los años 40
El merecido relax de un equipo perfecto

En febrero de 1944, Howard Hawks empezaba a rodar Tener Y No Tener, con Humphrey Bogart y una desconocida de 19 años, delgada y elegante, que había sido portada de una revista y que atendía al nombre de Betty. Semanas más tarde, él la besaba en su camerino. La historia de amor era imparable. Tuvieron dos hijos y su matrimonio duró 12 años, hasta la muerte de Bogey.

Tony Curtis y Marilyn Monroe de fiesta, año 1955
Una hermosa pareja... sin faldas y a lo loco

"Besarla es como besar a Hitler", cuenta la leyenda que Curtis dijo tras soportar los vaivenes de Marilyn en el set de Con Faldas Y A Lo Loco (Billy Wilder, 1959). Años después revelaría una supuesta y discontinua relación sentimental con la actriz, iniciada en los inicios de sus carreras, y rematada con un embarazo. Pero en 1955, fecha de tan festiva foto, ambos disfrutaban de su amistad.

Paul Newman y Joanne Woodward en el jardín de su casa, año 1965
El matrimonio más envidiable de Hollywood

Se conocieron en 1953, estudiando en el Actor's Studio. Se enamoraron en 1957, rodando El Largo Y Cálido Verano (Martin Ritt, 1958). Y se casaron en 1958. Compartieron 50 años de vida, y dejaron momentos (como esta sesión fotográfica de 1965, en su jardín) o frases ("para qué buscar una hamburguesa si en casa tengo un entrecot" Newman dixit) para la historia.

Audrey Hepburn y William Holden en Encuentro En Paris (Richard Quine, 1964)
Las risas de dos (mucho más que) amigos

En 1954, cuando Billy Wilder les unió en el plató de Sabrina, Audrey Hepburn y William Holden traspasaron su conexión al otro lado de la cámara. Una década más tarde se reencontraron en la capital francesa para rodar Encuentro En Paris (Richard Quine, 1964). Ella estaba en plena crisis matrimonial y él fue el mejor consuelo posible. Su química nunca admitió dudas.

Glenn Ford y Rita Hayworth en Gilda (Charles Vidor, 1946)
El escándalo, el guante y el deseo

"Los hombres se van a la cama con Gilda, pero se despiertan conmigo". La frase, no exenta de un poso de amargura que la acompañaría toda su vida, demostraba cómo esta femme fatale marcó a Rita Hayworth. La bofetada de Glenn Ford y el sensual striptease de brazo (que en España se creyó censurado) del film de Charles Vidor de 1946 serían icónos del mejor noir de los 40.

James Dean y Elisabeth Taylor, amigos y compañeros de rodaje en Gigante (George Stevens, 1956)
Una amistad gigante, rebelde y con causa

Tan legendarias como su colección de matrimonios o su fama de diva caprichosa fueron las relaciones de amistad que Elisabeth Taylor cultivó durante toda su vida: Montgomery Clift, Rock Hudson o James Dean (con quien coprotagonizó Gigante, de George Stevens, en 1956) encontraron cobijo y reposo a sus torturadas existencias en la comprensión de la Taylor.

Lana Turner y Dean Martin en Trampa A Mi Marido (Daniel Mann, 1962)
Un brindis y... ¡that's amore!

Trampa A Mi Marido (Daniel Mann, 1962) era una comedia ligera con un particular dúo protagonista: Dean Martin, uno de los vértices del Rat Pack que cobijaba las juergas de los Frank Sinatra o Sammy Davis Jr. en Las Vegas; y Lana Turner, que apuraba sus últimos momentos de gloria, lejanos sus tiempos de femme fatale. El glamour (y el champán) estaba servido.

En casa hemos echado de menos a Gregory Peck...
¡Feliz 2012!

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