martes, 22 de marzo de 2011

Leggins pero con Dignidad

Y de pronto las tres mujeres de la casa nos hemos encontrado hablando de leggins...
No descubro nada si digo aquí y ahora que uno de los looks más vistos este invierno han sido los leggins con botas altas y alguna prenda superior a medio camino entre jersey y mini-vestido, con algunas variaciones, pero creo que nos hemos aburrido de ver este look, incluso yo lo llevo continuamente.
Los leggins vienen a ser la mallas que se llevaban a principios de los 90, es más, yo por entonces me creía muy moderna con mis mallas negras, mis deportivas y mi camisa vaquera, pero a día de hoy, entrando en la segunda década del siglo XXI, a nadie se le ocurriría ir a comprarse unas mallas, es más, a ninguna empresa relacionada con la moda se le ocurriría diseñar una mallas... simplemente han decidido coger las que les sobraron allá por los 90 y cambiarles el nombre...
-¿Llevas mallas?
-¡Por supuesto que no! Son lleggins.
Los leggins llegaron en su momento para liberarnos de las prendas más femeninas y con las que había que tener más cuidado: las minifaldas y vestiditos cortos de verano. Te ponías unos leggins con la mini y no tenías que preocuparte de mantener las piernas juntas en todo momento, si te sentabas en el suelo (ponte tú que estuvieras en un festival de música... por poner un lugar donde te fueras a sentar en el suelo), podías hacerlo con las piernas cruzadas como un indio y no en plan sirenita de Copenhage. Los leggins vinieron a liberarnos y se quedaron a pasar los inviernos porque no se hacen carreras en unos leggins.
Pero los leggins, prácticos, cómodos y básicos donde los haya, no son como los vaqueros: no son para todas.
No hay varios modelos de leggins, son todos iguales, ajustaditos a las piernas y sí hay varios modelos de piernas, así que depende de tus piernas y de como te sientas a gusto con ellas. Solo un apunte: como no son medias, tienen que verse tupidos; y como no son vaqueros, tienen que quedar ajustados. En los leggins hay tallas.
Pero el problema no está del todo en los leggins, sino de esa prenda a medio camino entre el jersey y el mini-vestido: cuidado con el largo o corto de esta prenda. Porque vale que todo el mundo tiene derecho a vestir como quiera y que hace lo que le da la gana y que cada uno se quiere a sí mismo un motón, pero ¡no puedes llevar una prenda a medio camino entre jersey y mini-vestido excesivamente corto a no ser que tengas un culo estupendo! Porque no se trata de que te quieras tal cual eres, que eso está muy bien y ojalá todas nos quisieramos, se trata de dignidad, de no hacer el ridículo. Y ya está. Si tienes un culo estupendo ¡adelante! y si no, lleva algo que simplemente te favorezca.
Ejemplo: hace poco iba por la calle haciendo unos recadillos y me pare en un semáforo. Delante de mí había una chica: morena, pelo largo, americana entallada, leggins y botas planas hasta las rodillas, todo en negro. La verdad que le quedaba todo como un guante. La americana era corta, y sí, me fije en su culo, un culo perfecto lo reconozco, y pensé "claro que sí tia, tienes un buen culo: lúcelo" (basta ya de pensar "creída", hemos de hacer piña, quizás no tengas un culo estupendo, pero a lo mejor eres guapísima de cara y esa chica no, al fin y al cabo solo la ví de espaldas...). En cambio yo, llevo leggins, pero sé que no tengo un culo estupendo, así que no lo combino con jerseys, sino con mini-vestidos, porque quizás no me quiero lo suficiente, pero tengo dignidad.

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